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viernes, 22 de septiembre de 2023

Tema 1 Historia de España, Crisis del Antiguo Régimen 1808-1833, Liberalismo vs Absolutismo







LIBERALISMO

El liberalismo aspira a la eliminación de las características propias del Antiguo Régimen, a la vez que pretende construir otra sociedad basada en los principios liberales. En lo político la Constitución se erige como la norma reguladora de la vida pública. Se rechaza la monarquía absoluta y se apuesta por la monarquía constitucional. Se eliminan los privilegios de la nobleza y el clero, así como el régimen señorial. Se proclaman los derechos del individuo y la soberanía nacional, se establece la división de poderes y el sufragio universal (masculino). Se formula la nación como conjunto de los españoles, con igualdad de derechos políticos y como depositaria de la soberanía nacional. El liberalismo aboga por un estado unitario y centralizado. En lo económico defiende la propiedad privada libre y plena, se rechazan los bienes vinculados y los comunales, se aspira a la libertad de comercio e industria, a la libertad de contratación de los trabajadores y a la fiscalidad común. No se rechaza la religión, pero se tiende a limitar el poder económico de la Iglesia y aflora el anticlericalismo.
En las Cortes de Cádiz, entre las personas que buscan el cambio, se aprecia una distinción entre los liberales y los ilustrados reformistas. Posteriormente, los liberales del Trienio se dividirán entre moderados y radicales. La oposición al liberalismo vendrá de la mano de Fernando VII y los absolutistas, así como del carlismo. Fernando VII deja sin efecto la obra legislativa de las Cortes de Cádiz y persigue a liberales y afrancesados. La oposición al absolutismo se plasmó en los pronunciamientos, prosperando el de Riego (Trienio Liberal).
El carlismo, por su parte, se caracteriza por su antiliberalismo, niega la soberanía nacional y defiende el sistema foral frente a la centralización liberal. Los carlistas encontraron apoyo en el medio rural, donde las masas campesinas fueron el principal apoyo social. También encontró apoyo en los artesanos, la pequeña nobleza, parte de la jerarquía eclesiástica y del bajo clero. Desde el punto de vista geográfico, el carlismo se extendió por Vascongadas, Navarra, Cataluña, Aragón, Valencia, Galicia y Castilla la Vieja.
El conflicto dinástico sobre la sucesión al trono que se inició con la muerte de Fernando VII dio lugar a una dilatada guerra civil (1833-1840) entre carlistas (absolutistas) e isabelinos (liberales). El triunfo de los liberales hará posible la transformación de la antigua monarquía absoluta en una monarquía constitucional y parlamentaria.
Mientras que la división política durante el reinado de Isabel II va a continuar entre moderados, progresistas y liberales radicales. Pero una serie de problemas van a dificultar la consolidación de un sistema político parlamentario verdaderamente representativo, mientras que el cambio de partido gobernante no será el resultado de unas elecciones sino de un pronunciamiento militar o de revuelta popular. Además, el sufragio censitario y la manipulación de las elecciones dejaban el sistema político en manos de una minoría de propietarios y de las distintas camarillas políticas.