El
desarrollo urbano medieval El crecimiento de la
producción agrícola en Europa desde el siglo xii,
debido a las nuevas técnicas, logró reducir las hambrunas y mejorar la salud.
La mortalidad disminuyó, la natalidad aumentó y la población europea creció
mucho. Este crecimiento de
la población aumentó las necesidades de productos y provocó la aparición de un
mayor número de artesanos. El comercio también
tuvo un gran desarrollo a partir del siglo xii.
Existían dos grandes rutas marítimas: la ruta del Mediterráneo y la ruta del
Atlántico y del Báltico. Esta expansión trajo nuevas técnicas bancarias y
financieras, como los créditos y las letras de cambio. Europa experimentó un
gran crecimiento urbano. Muchos campesinos se marcharon a las ciudades en busca
de trabajo y para escapar de la servidumbre de su señor feudal. Además, las
murallas de las ciudades ofrecían seguridad a sus habitantes. Las ciudades se
convirtieron en el corazón de la vida religiosa, política y económica. El
habitante de las ciudades se llamaba burgués y entre ellos había grandes
diferencias: La mayor parte de la
población era cristiana, pero también había grupos de judíos y musulmanes.
Vivían en barrios separados: las aljamas o juderías para los judíos y las morerías para los musulmanes. Cada ciudad tenía su
propio gobierno y muchas se sometían a la jurisdicción del señor del feudo en
el que se encontraban. Los burgueses lucharon por obtener el derecho de
gobernarse a sí mismos. Estaban rodeadas de
altas murallas para proteger a sus habitantes. Los edificios más destacados
eran la catedral, el ayuntamiento, los palacios de algunos nobles y burgueses,
las lonjas, los hospitales y las escuelas. Las calles eran
estrechas y tortuosas, sin empedrar y sin alcantarillado, por lo que las
enfermedades eran frecuentes. El centro de los principales acontecimientos era
la plaza del mercado. Los gremios eran
asociaciones de artesanos de un mismo oficio. Cada gremio elaboraba un estatuto
y en él se especificaban las normas del oficio y los derechos y obligaciones de
sus asociados. Controlaban la producción y establecían los precios. Se ocupaban,
además, de la asistencia a los artesanos y a sus familias. Los artesanos se
dedicaban a actividades diversas: tejedores, zapateros, orfebres, carpinteros,
panaderos, tintoreros, plateros, herreros... Todos elaboraban a mano sus
productos, con la ayuda de pocas herramientas. Seguían una carrera
profesional definida que constaba de tres grados: aprendiz, oficial y maestro. La renovación de la cultura El auge de la vida
urbana tuvo importantes efectos en el mundo cultural. El más representativo fue
el furor arquitectónico: se construyeron iglesias, catedrales, lonjas,
ayuntamientos y palacios. También aparecieron
las primeras escuelas urbanas, por el deseo de los burgueses de que sus hijos
adquiriesen conocimientos útiles para los negocios y el gobierno. Gracias a
ellas, más personas accedieron a la cultura. Había escuelas catedralicias o
capitulares y escuelas municipales. En todas ellas había maestros
profesionales, quienes, debido al auge de las escuelas, se organizaron también
como gremio. Surgieron entonces las primeras universidades. En las ciudades había
mayor libertad y se despertó el interés por leer obras literarias no
religiosas. Surgieron nuevos géneros, como los libros de caballería, la poesía
lírica o los cantares de gesta. Ejemplos de estas obras son el Poema de Mío Cid o la Divina Comedia de Dante. Muchas de las
nuevas obras literarias se escribieron en lenguas vulgares, que comenzaron a
sustituir al latín. Se redescubrieron también las obras de los filósofos de la
Antigüedad, especialmente de Aristóteles, en quien se inspiró Tomás de Aquino
para conciliar la fe cristiana con la razón. La consolidación de la monarquía Desde el siglo xii, los reyes europeos fortalecieron su
poder frente a los señores feudales gracias al desarrollo de las ciudades. Esto
hizo que el emperador del Sacro Imperio fuera perdiendo poder poco a poco. Se
afianzaron las grandes monarquías en Europa: Francia, Inglaterra, Portugal,
Castilla y Aragón. A partir del siglo xii los reyes europeos convocaron Cortes
o Parlamentos para buscar el apoyo de las ciudades y rebajar el poder de la
nobleza. Sus funciones eran establecer nuevos impuestos y aprobar gastos
extraordinarios para sufragar las guerras. Estaban representados por el rey,
los nobles, los clérigos y los gobernantes de las ciudades, y se reunían solo
cuando el rey lo solicitaba. El fortalecimiento
del poder real y la creación de los primeros ejércitos estables incrementaron
los enfrentamientos internos y entre diferentes Estados: El crecimiento que
tuvo lugar en Europa entre los siglos xi
y xiii dio paso a una profunda
crisis en el siglo xiv debida a
varios factores: ·La élite la formaban un grupo de familias muy ricas de grandes
mercaderes y artesanos. Controlaban el gobierno de la ciudad. El alto clero
urbano también formaba parte. ·La mayoría de la población eran artesanos y tenderos modestos. ·Los pobres y marginados, que
mendigaban o incluso delinquían para sobrevivir. Los artesanos y los gremios ·Los reyes intentaron extender sus dominios. Muchos
conflictos se producían cuando dos o más monarcas se enfrentaban por obtener el
trono de algún reino sin sucesor. La pretensión del rey inglés de heredar el
trono francés dio origen a la guerra de los Cien Años, que enfrentó durante más
de un siglo a Inglaterra y a Francia, y que terminó con la victoria del rey
francés Carlos VII. ·El deseo de imponer fronteras claras. Durante la
Edad Media había muchos territorios que no pertenecían a nadie, y las fronteras
entre los distintos reinos estaban muy poco definidas. Los reyes luchaban para
intentar someter a su dominio esas tierras de nadie. Los monarcas también se
enfrentaban a nobles poderosos que no querían reconocer la autoridad real. ·Las luchas religiosas, que enfrentaron a los países europeos. El Cisma
de Occidente fue el conflicto más relevante, ocasionado a la muerte de Gregorio
XI. La cristiandad quedó dividida: unos reyes apoyaron a Urbano VI como sucesor
y otros a Clemente VII. La crisis del siglo xiv ·Los problemas de la agricultura: las malas cosechas, el agotamiento de
los suelos y la falta de innovaciones técnicas provocaron la subida de los
precios y la crisis de abastecimiento en las ciudades, que generó grandes
hambrunas. ·Un siglo de guerras y revueltas. El fortalecimiento del poder de los
reyes provocó numerosas guerras. Para compensar las pérdidas ocasionadas por
las guerras, se incrementaron los impuestos, lo que provocó numerosas
rebeliones campesinas y urbanas. ·La peste negra. Entre 1348 y 1352, Europa sufrió una terrible
epidemia. Se extendió por todo el continente con gran rapidez por las precarias
condiciones de higiene. Las ciudades fueron las más afectadas, porque se
difundía a través de las pulgas de las ratas. En un periodo de cinco años murió
la cuarta parte de la población europea.