martes, 25 de octubre de 2011




COMETARIO DE LAS HERRAMIENTAS DE RELIEVE Y VEGETACIÓN
1&9. Observa el transecto nº 1 marcado en el mapa topográfico. Describe de sur a norte las variaciones existentes en cuanto al relieve y a las formaciones vegetales potenciales y explica la influencia del relieve en esa distribución de la vegetación
La vegetación evoluciona constantemente de forma natural para acomodarse a los sucesivos cambios ambientales. la actividad humana la principal causante de las transformaciones de la cubierta vegetal. Como consecuencia de ella la superficie ocupada por bosques se ha reducido de forma importante, y la mayor parte del territorio está hoy ocupado por una cubierta vegetal muy alterada o artificial (como es el caso de los cultivos o de las áreas urbanas). Por eso, es interesante conocer la "vegetación potencial", es decir, la que podría encontrarse en el supuesto de no haberse producido transformaciones artificiales en el medio. En la región Eurosiberiana la cubierta forestal estuvo dominada por los bosques caducifolios, principalmente, de robles y hayas. En la mediterránea, por bosques perennifolios donde predominaba la encina y, en algunos lugares, el pino carrasco. Sin embargo, dependiendo del clima y de los suelos, estas especies daban paso a otras como, por ejemplo, las sabinas o, en las zonas más áridas, a formaciones abiertas de especies herbáceas o matorral. En las zonas de montaña aparece una vegetación adaptada al frío, así como a las duras condiciones ambientales que las caracterizan. En este caso la vegetación estaba dominada por pinares, abetales o, en las zonas más altas, plantas de pequeño porte formando grandes extensiones de praderas naturales. Si trazamos una linea de sur a norte desde el Cabo de Palos a Finisterre podemos encontrar todo tipo de vegetación adaptada tanto a la latitud, al relieve y a los distintos tipos de suelo. Así en la zona des SE peninsular, a niveles muy próximos al nivel del mar, encontraremos con una zona de Matorral mediterráneo Termófilo que se da en situaciones en las que el agua es el factor limitante para el desarrollo de una formación boscosa. Siguiendo hacía el norte, aparece la vegetación propia de ribera en torno al cauce del río Segura, vegetación edafofila compuesta por fresnedas, choperas, bosques mixtos...) en suelos con abundante humedad. En las estribaciones norte de la cordillera Subetica encotremos vegetacion propia del bosque mediterráneo de interior con frondosas perennifolias, especies arbóreas que se caracterizan por tener hojas siempre verdes en sus ramas a lo largo de todo el año de manera que la copa siempre presenta follaje. Los encinares son el ejemplo más representativo y abundante de bosques de frondosas perennifolias perfectamente adaptado al dominio biogeográfico mediterráneo existiendo diferentes tipos de encinares en zonas llanas pueden aparecer también por su latitud sur a los acebuchales u olivos silvestres y algarrobos adaptados a temperaturas más cálidas, y en zonas que tengan un mayor aporte de humedad puede aparecer alcornocales. Todo el espacio que atraviesa la línea en la submeseta sur tendrás esta vegetación tan solo alterada en zonas de ribera donde aparecerá la vegetación edafófila. La elevación altura del sistema central supone un cambio en la vegetación surgen así los bosques de frondosas marcescentes que se caracterizan el retraso en la caída de la hoja de manera que pasan la estación desfavorable con todas sus hojas secas pero unidas a las ramas y permanecen así hasta que las nuevas hojas brotan en la estación favorable y las hagan caer entonces. En la Península Ibérica son bosques abundantes ya que son representativos de ambientes de transición entre los dominios bioclimáticos eurosiberiano y mediterráneo, a este útimo se adaptan mejor los quejigares y los rebollares o melojares siendo estos últimos propios de ambientes más fríos que los quejigares. En zonas mas elevadas del sistema Central aparecerá la vegetación de montaña, de pinos abetos, matorrales y pastizales, al no permitir la altitud el desarrollo de zonas boscosas. La submeseta norte vuelve a presentar una vegetación similar a la submeseta sur, con bosque perennifolio de encinar y matorrales mediterráneos. Solo alterada con la aparición de la vegetación de ribera asociada al río Duero. En la zona del Macizo Galaico encontraremos de Sur a Norte en primer lugar un área de bosques del frondosas marcescente propias ya del dominio eurosiberiano como es el caso de los robledales pelosos, acompañados de quejigares y rebollares y a mayor altitud bosques de coníferas: pinares de pino negro y abetales en las zonas más frías y elevadas. Y al final del recorrido en la zona mas próxima al océano Atlántico y a una menor altura surgen Bosques de frondosas caducifolias que se caracterizan por tener hojas planas en contraste con las hojas acículares o en escamas típicas de las coníferas; y por perder su hoja al mismo tiempo cuando llega la estación desfavorable que en los climas de latitudes templadas es la estación fría. Las nuevas hojas de estos árboles vuelven a brotar al llegar la estación favorable. Aparecen bosque de hayedos, los robledales y bosques mixtos de caducifolias.

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