jueves, 27 de septiembre de 2012

Práctica unidades morfoestructurales


 Aqui os dejo el enlace de la práctica de unidades morfoestructurales que quiero que hagais en la clase del lunes 1 de octubre de 2012, ya que no podré estar con vosotros de todas formas os lo dejaré fotocopiado, pero siempre hay alguno que extravía el documento, así que podeis volver a bajarlo aquí.

https://docs.google.com/open?id=0B9WmUSmVvEgBdndZU200UXFhdlk


Os dejo ahora la solución aunque la corregiremos como es normal de forma integra en clase:

 
1. Explicación del título
¿A que se refiere?
 El mapa que vamos a comentar nos presenta información sobre…
¿Qué tema?
 …la diversidad geomorfológico que presenta el espacio geográfico español,
¿Qué apartado del tema?
 … ilustrando mediante diferentes signos convencionales las grandes unidades morfoestructurales (relieve) que modelan o componen el relieve …
Ámbito territorial
 de la península Ibérica.
2. Unidades de medida
 (En este caso no se utilizan unidades de medida, sino signos convencionales de colores y tramas. Por lo tanto no se incluye nada en este apartado).
3. Signos convencionales.* Hay que recordar que el mapa es una especie de “pretexto”, para que nosotros mostremos todos nuestros conocimientos sobre uno de los temas que entran en la PAU, y por lo tanto tenemos que aprovechar la oportunidad para poner todo lo que sepamos sobre este tema.
 Los signos convencionales que utiliza el mapa, nos muestran por orden cronológico, la situación, distribución y forma, de los diferentes sustratos de formación del relieve y cómo se encuentran en la actualidad. En este sentido hay que recordar que el relieve peninsular se dispone rodeando a la Meseta. Esta es una zona de altas tierras dividida en dos sectores por el Sistema Central: la submeseta norte y la submeseta sur, esta última ligeramente accidentada por los Montes de Toledo. La Meseta está circundada por rebordes montañosos (Macizo Galaico o Montes de León, cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena) y por dos depresiones exteriores (depresiones del Guadalquivir y el Ebro), encerradas a su vez por cadenas montañosas periféricas (Pirineos, cordillera Costero-Catalana y cordilleras Béticas).

4.1. Descripción
4.2. Explicación
 El primer color, blanco, nos indica cuál es la situación y y la forma que adopta en la península el zócalo herciniano o macizo Hespérico
 La Meseta es una llanura elevada situada a unos 600-800 metros de altitud. Se formó en la era primaria por la erosión del antiguo Macizo Hespérico, surgido de la orogénesis Herciniana. En la era terciaria la Meseta fue deformada y destruida en gran parte durante la orogénesis alpina, de modo que dentro de ella pueden diferenciarse tres unidades: el antiguo zócalo paleozoico, las sierras interiores y las cuencas sedimentarias interiores.
a) El antiguo zócalo paleozoico. En la actualidad sólo aflora al oeste peninsular (penillanuras zamorano-salmantina y extremeña). Aquí la erosión ha eliminado los materiales terciarios que recubrían el zócalo, dejando al descubierto los materiales silíceos primarios: granito, pizarra y cuarcita.
El relieve está constituido por penillanuras o superficies de erosión muy suavemente onduladas. Las modeladas sobre granito son más llanas (norte de Salamanca) que las modeladas sobre pizarra (sur de Salamanca y Extremadura). Las penillanuras están accidentadas por montes isla, o relieves residuales constituidos por rozas más resistentes, como los formados sobre las cuarcitas que salpican la penillanura extremeña. En la zona de contacto de las penillanuras con las cuencas sedimentarias de la Meseta los ríos crean profundas gargantas (arribes, tajos) al encajarse sobre los materiales duros de las penillanuras.
Su roquedo está compuesto por minerales de origen ígneo o metamórfico como el granito, cuarcitas o pizarras. Se trata de rocas de tipo silíceo, muy duras, que responden a las presiones fracturándose. Los relieves estructurales son predominantemente de tipo germánico, con horst, fosas y abundantes líneas de fallas, que organizan las diferentes sierras y los valles fluviales que las separan. En aquellos lugares que alternan materiales de distinta dureza surge un relieve apalachense que deja en resalte las rocas más duras, formando crestas. En el occidente de las zonas deprimidas de este macizo nos encontramos con unas antiguas penillanuras arrasadas desde el mesozoico. El modelado granítico, causado por la fragmentación en diaclasas, origina domos redondeados en las cumbres más bajas, berrocales, bolos y piedras caballeras. En las zonas de influencia glaciar, como las cumbres Cantábricas y del Sistema Central, se forman circos glaciares, con canchales y escarpadas paredes rematadas en cumbres de afiladas crestas. En las laderas se forman canchales y berrocales. Los cursos fluviales esculpen desfiladeros en la roca granítica, como los Arribes del Duero.
 El segundo signo convencional, indica mediante una trama rayada, los terrenos rejuvenecidos del antiguo zócalo Hespérico…
 que se manifiestan en las sierras interiores de la Meseta, es decir, el Sistema Central y los Montes de Toledo. Estas sierras se formaron en la era terciaria por el levantamiento de algunos bloque del zócalo de la Meseta como resultado de la orogénesis alpina. Ambos son de roquedo primario (granito, pizarra, neis) y tienen formas redondeadas y cumbres aplanadas, puesto que son superficies de erosión levantadas.
- El Sistema Central, es más alto y divide a la Meseta por la mitad. Sus sierras más destacadas son Somosierra, Guadarrama, Gredos, Peña de Francia y Gata.
- Los Montes de Toledo son de menor altura y dividen en dos la submeseta sur, separando las cuencas del Tajo y del Guadiana. Su sierra más importante es la de Guadalupe.
 Con una trama punteada, aparecen en el mapa indicadas las depresiones Terciarias.
 Son cuencas sedimentarias interiores tanto de la submeseta norte como la sur. Se formaron en la era terciaria por el hundimiento de bloques del zócalo de la Meseta como resultado de la orogénesis alpina y están colmatadas por estratos horizontales o inclinados que la erosión ha ido depositando en ellas desde finales del Terciario y durante el Cuaternario. Entre estas depresiones podemos distinguir primero las originadas en la zona oriental del antiguo Macizo Ibérico, como consecuencia de la elevación del Sistema Ibérico. Son las depresiones del Duero o la llanura manchega de las depresiones del Tajo y del Guadiana. En segundo lugar las grandes depresiones asociadas a las cordilleras alpinas, como la Depresión del Ebro, asociada a los Pirineos, o la del Guadalquivir, asociada al Sistema Bético. La Depresión del Ebro es, en origen, un gran lago rodeado de sistemas montañosos que acabará abriéndose camino hacia el Mediterráneo. La Depresión del Guadalquivir es un golfo abierto al Atlántico que irá colmándose de sedimentos a lo largo del Cuaternario.
La estructura de estas depresiones es de estratos horizontales o suavemente inclinados, puesto que nunca han sufrido ninguna orogénesis. El roquedo está compuesto por arcillas, yesos, margas, afloramientos de areniscas y calizas y otros materiales sedimentarios en sus márgenes. Son materiales poco resistentes que facilitan el modelado fluvial. Así, nos encontramos con relieves tabulares en el centro de las depresiones del Duero o del Ebro, como páramos, muelas o cerros testigo. En las zonas de mayor talud nos encontramos con barrancos y cárcavas, que forman badlands y en los márgenes de las depresiones glacis y piedemontes de suave pendiente. En las zonas de yesos se forma también un paisaje de tipo kárstico. En las zonas llanas los grandes ríos moderan su velocidad y forman meandros y galachos, acantilados en las muelas y páramos, terrazas y suaves campiñas.


 Con una trama rayada irregular, aparecen las cordilleras alpinas.
 surgidas durante el Terciario, se localizan en la zona oriental de la Península. Son la zona oriental de la Cordillera Cantábrica, el Pirineo, la Cordillera Costero Catalana, el Sistema Ibérico y el Sistema Bético. Su origen está en los estratos mesozoicos plegados durante la orogénesis alpina del Terciario. Estructuralmente afloran restos de macizos antiguos en las cumbres de algunas de estas cordilleras como en el Pirineo Axil, el norte de la Cordillera Costero Catalana, algunas sierras del Sistema Ibérico, como el Moncayo, y el Sistema Penibético. Estos restos de antiguos macizos están formados por un roquedo de tipo silíceo. La mayor extensión de estas cordilleras corresponde a estratos carbonatados plegados con una estructura de tipo jurásico de anticlinales y sinclinales. En el Sistema Ibérico nos encontramos con una estructura de tipo sajónico o de cobertera, en la que los materiales plegados se adaptan a los fallados del margen oriental del macizo herciniano. El roquedo dominante es de tipo calizo, areniscas y margas. El modelado en el roquedo calizo es de tipo kárstico. Los cursos de agua forman cañones, dolinas, simas, grutas con estalactitas y estalagmitas y lapiaces en un paisaje muy característico. En las cumbres silíceas más elevadas y septentrionales nos encontramos con circos y crestas.


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