Tema 9 franquismo de Sara Ruiz Arilla
Tema 9. Tema: La dictadura franquista (1939-1975)
El
régimen franquista es el producto de la victoria de los
alzados contra el régimen republicano de 1931 tras tres años de
guerra civil. Ésta va a marcar la dinámica del nuevo régimen por
la gran represión que va a darse en los años de posguerra (50.000
ejecutados tras 1939; el estado de guerra sólo concluye formalmente
en abril de 1948) y por la influencia de las potencias fascistas
(Italia y Alemania) que ayudan al nuevo régimen que se va a
construir durante la guerra.
Naturaleza
y bases del régimen
(hasta 1,25)
El
General Franco queda como único responsable del estado mediante el
uso del concepto de liderazgo absoluto (führerprinzip) tomado de los
nazis y que en España se llamó caudillaje y al nuevo Jefe del
Estado, “Caudillo”. De ahí la lentitud del proceso de
institucionalización del régimen y los plenos poderes de Franco
hasta su muerte. Sobre la naturaleza de esta dictadura ha habido
mucha discusión entre historiadores y científicos sociales, pero es
evidente el peso de los ingredientes fascistas (con un partido, FET y
de las JONS, creado a partir del movimiento falangista, único
permitido entre 1937 y su desmantelamiento en 1977 y un entramado de
secciones de encuadramiento de obreros, jóvenes y mujeres adscritas
al falangismo), nacionalcatólicos (gran peso de la Iglesia en
aspectos de moral y enseñanza y en la propia conceptualización del
régimen como Cruzada) y en menor medida tradicionalistas. A estos
elementos se añaden los sectores conservadores (políticos y
económicos) que se fascistizaron con la guerra y se sumaron al nuevo
régimen. Enemigo de la democracia liberal y representativa, el
régimen tuvo siempre un discurso anticomunista que fue desde el
principio su rasgo más marcado, adaptado luego a las circunstancias
de la guerra fría.
Políticamente,
el régimen, cuyos origen y proyecto inicial está ligado al fascismo
europeo, se adaptará a una situación en donde son las democracias
liberales las que triunfan tras 1945, y tras esa fecha ganan peso los
sectores católicos y conservadores tomando distancia de los aliados
del pasado. Sin embargo el régimen siguió siendo fiel a los
“valores del 18 de julio” es decir, de los vencedores de la
guerra civil, no produciéndose ninguna aproximación a los españoles
exiliados ni a los partidos ni movimientos políticos de oposición,
que siempre fueron perseguidos. El régimen no tuvo capacidad
política de reconciliación o de democratización efectiva, por lo
ligado que estaba al recuerdo de la guerra y la “victoria”.
El
entramado institucional del franquismo se basó en una serie de leyes
fundamentales, siempre promulgadas por Franco directamente, aunque
existiera desde 1942 un órgano legislativo -Las Cortes, basado en la
representación corporativa y el nombramiento directo de sus
integrantes por parte del dictador. Las leyes fundamentales fueron el
Fuero del Trabajo (1938) la Ley Constitutiva de las Cortes (1942), la
Ley de Referéndum Nacional (1945), el Fuero de los Españoles
(1945), Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), la Ley de
Principios del Movimiento Nacional (1958) y la Ley Orgánica del
Estado (1967). Esta última supuso una importante modernización
administrativa y abrió la vía para la sucesión efectiva de Franco
a su muerte mediante el nombramiento de un sucesor a título de Rey,
que acabó siendo Juan Carlos de Borbón, designado como Príncipe de
España en 1969.
Política
exterior
(hasta 0,50 puntos)
La
expectativa del franquismo durante la segunda guerra mundial
(1939-45), que coincide con sus
primeros
años fue integrarse con las potencias del Eje en un proyecto de
dominación de Europa, aunque la debilidad española por los
destrozos de la guerra civil hizo que España pasara por distintos
estadios: neutralidad inicial, no beligerancia (alineamiento con el
eje sin entrar formalmente en la guerra aunque se envió a la
División Azul) y luego otra vez neutralidad cuando desde 1943 los
aliados avanzan en Europa.
La
derrota del Eje en 1945 abre un periodo de aislamiento internacional
del régimen que se mantiene hasta que en 1953, éste logra acuerdos
con Estados Unidos y la Santa Sede que le permiten integrarse en el
sistema de defensa occidental de la guerra fría, aunque con una
posición inferior al resto de aliados al no formar parte de la OTAN
y sufrir cesiones en el control y soberanía de su territorio (bases
militares y movimiento de armas nucleares en manos de EE.UU.). España
ingresa también en la ONU en 1955 y se produce una parcial
normalización política del régimen español, aunque se quede al
margen del proceso de construcción europea, siendo una excepción
dictatorial en la Europa democrática occidental, junto con Portugal
y durante un tiempo, Grecia.
Evolución
económica
(hasta 0,50 puntos)
Los
años cuarenta fueron pésimos económicamente por el legado de la
guerra civil y por una política autárquica que perjudicó las
producciones industriales y que fue muy intervencionista, dando pie a
la extensión de la miseria, enfermedades y el racionamiento (hasta
1952) además de dar lugar a una corrupción generalizada. Esta
política, parcialmente relajada en los años cincuenta, sólo cambió
con los planes de estabilización introducidos tras el cambio de
gobierno de 1957 y que fueron la base del desarrollismo ulterior de
los años sesenta. En esa década se produjo un excepcional
crecimiento del país, la progresiva creación de una amplia clase
media y la superación de la miseria y la postración económica de
posguerra. Este crecimiento fue posible por la llegada del capital
del extranjero, fundamentalmente de Europa (en un largo ciclo
expansivo desde principios de los años cincuenta hasta la crisis del
petróleo en 1973), por la desregulación parcial del
intervencionismo estatal previo y por el fenómeno migratorio, tanto
interior como exterior, que hizo posible un proceso de urbanización
e industrialización muy notable en España y la llegada de remesas
de los emigrantes en Europa.
Poder
y oposición
(hasta 1,25)
El
personal político de la dictadura va a ser muy variado, pero siempre
en torno a la figura central de Franco. Cabe destacar en los primeros
años a Ramón Serrano Súñer (ministro de Gobernación y de Asuntos
Exteriores hasta 1942) y como fiel colaborador a Luis Carrero Blanco
que llegará a suceder a Franco en el cargo de presidente del
Gobierno cuando se separe ese cargo del de Jefe del Estado en 1973.
Aunque el único partido existente fue FET y de las JONS, en los
gobiernos de Franco siempre tendrán presencia, con mayor o menor
relevancia según momentos, los falangistas, los sectores católicos,
los militares y algunos destacados carlistas.
La
oposición al régimen siempre existió y se estructuró en el exilio
a partir de los partidos y grupos republicanos derrotados. Hubo un
gobierno republicano en el exilio en México y unos partidos de
oposición que nunca tuvieron la fuerza para amenazar la continuidad
del régimen. Más relevante fue la oposición interior inicialmente
con la lucha armada de los huidos de los primeros años y luego la
guerrilla que fue importante en zonas rurales montañosas entre 1944
y 1952. El Partido Comunista de España (PCE) fue la principal
formación en la actividad clandestina contra la dictadura. También
hubo sectores monárquicos en torno al hijo de Alfonso XIII, D. Juan
de Borbón que defenderán la necesidad de una retirada de Franco y
la vuelta de la monarquía, aunque el hijo de D. Juan, Juan Carlos,
se formará en España. La reunión de Munich en 1962 fue el acto
político más importante de la oposición moderada interna y externa
de los sesenta. Pero lo más significativo desde 1956 va ser la
aparición de una movilización estudiantil en la Universidad, que
junto con sectores obreros juveniles protagonizan las primeros
desafíos contra el régimen. A ellos se une ya en los años setenta
la movilización vecinal ante las necesidades de equipamientos en los
barrios. Desde fines de los sesenta, las manifestaciones culturales
(cantautores...) y la actitud crítica de la Iglesia de base (curas
obreros) socavaron todavía más la posición de la dictadura.
Es
la presión de estos sectores, en un contexto de modernización
económica y social del país que demandaba cambios políticos, la
que va a hacer pasar al régimen a una situación a la defensiva
acudiendo con frecuencia a los estados de excepción y a la
represión. La crisis de la dictadura también se agravó durante los
últimos años a causa del terrorismo de ETA (asesinato del
Presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco, 1973) y del FRAP.
En
el momento final del régimen, y ante estas circunstancias, su propia
clase política se divide entre los sectores inmovilistas y los
aperturistas, que veían inevitable una limitada liberalización
política. Tras la muerte del general Franco el 20 de noviembre de
1975, se inicia un proceso de democratización que supuso
la superación de las consecuencias de la guerra civil y el retorno
de los exiliados.
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